Ad Code

Mobiliario Público en Armenia: Un Símbolo de Abandono y Destrucción



 Mobiliario Público en Armenia: Un Símbolo de Abandono y Destrucción

Por: Jorge Torres Velásquez, Líder Cívico y Comunitario de Armenia

Los bienes públicos son esenciales para el bienestar de los ciudadanos, y su cuidado refleja el nivel de responsabilidad y compromiso de una comunidad con su entorno. Un banco, un árbol, un jardín, son elementos cotidianos en los espacios públicos que deberían ser valorados, respetados y mantenidos en buen estado. Lamentablemente, en la ciudad de Armenia, estos bienes se han convertido en sinónimo de abandono y destrucción, lo que pone en evidencia una creciente falta de cultura ciudadana y sentido de pertenencia por parte de algunos sectores de la población.

El cuidado de lo público como un compromiso colectivo
Estos bienes, que son propiedad de todos, deben ser cuidados por todos. La responsabilidad no recae únicamente sobre las autoridades locales, sino que cada ciudadano debe asumir un rol activo en el respeto y la conservación del espacio común. Sin embargo, al caminar por diferentes puntos de la ciudad, es evidente que muchos de estos elementos se encuentran en estado de deterioro: basureros rotos, bancas destruidas, árboles dañados y grafitis en cada pared de cemento disponible. Este irrespeto por el mobiliario urbano no solo refleja una falta de civismo, sino también una desconexión con la ciudad misma.

El daño como deporte y sus consecuencias
Lo que inicialmente podría parecer un pequeño acto de vandalismo, se ha convertido en un patrón preocupante que afecta la calidad de vida de los armenios. Los bancos que deberían ofrecer un lugar para el descanso se encuentran destrozados, los parques que podrían ser zonas de recreo y esparcimiento se ven invadidos por la suciedad y el abandono. Peor aún, elementos valiosos como los cables eléctricos, vitales para el funcionamiento de las alarmas comunitarias y la infraestructura pública, son robados con impunidad, tal y como ocurrió recientemente en el Parque Los Fundadores. Este robo no solo tuvo un alto costo económico, sino que también afectó la seguridad del área, y la lista de daños parece no tener fin. Los cables de los semáforos, los paraderos de buses recién construidos y hasta las barandas metálicas de los puentes de la ciudad se han convertido en objetos de robo y destrucción, dejando a los ciudadanos vulnerables y sin los recursos necesarios para disfrutar de un entorno seguro y funcional.

Un atraso cultural profundo
¿Qué significa todo esto? Es el reflejo de un profundo atraso cultural, de una falta de identidad con el lugar donde vivimos, que se expresa a través de la indiferencia hacia lo que es de todos. La solución, en mi opinión, debe ser más que una respuesta puntual de las autoridades; debe ser una respuesta estructural y de fondo, basada en la educación desde tempranas edades. Los procesos de transformación social deben empezar desde la infancia, inculcando el valor de lo público, el respeto por los bienes comunes y el entendimiento de que cuidar la ciudad es una responsabilidad compartida entre autoridades y ciudadanos.

El compromiso del grupo cívico y el apoyo necesario
En el grupo cívico, hemos asumido el compromiso de embellecer y mejorar estos bienes públicos en 2025, comenzando por uno de nuestros espacios más emblemáticos: el Parque de los Fundadores. Sin embargo, este esfuerzo requiere no solo el trabajo de los ciudadanos comprometidos, sino también el apoyo decidido de las autoridades locales. Necesitamos que las instituciones, en especial la Alcaldía, actúen de manera firme y decidida para frenar la destrucción de nuestros bienes comunes.

Un llamado a la acción
Por eso, quiero hacer un llamado al Alcalde James Padilla García: es urgente que se pronuncie y explique a la ciudadanía cuál es el plan de acción de su administración para proteger y conservar los bienes públicos de nuestra ciudad. La comunidad está esperando un liderazgo que no solo se limite a reparar los daños, sino que también impulse una verdadera cultura de respeto y conservación del patrimonio público.

El futuro de Armenia depende de todos nosotros. Solo a través de un esfuerzo colectivo, respaldado por una educación sólida y políticas públicas eficaces, podremos transformar la ciudad en un lugar en el que todos podamos disfrutar de los espacios que son, en última instancia, el alma de nuestra comunidad.


Audio Jorge Torres Velásquez





Publicar un comentario

0 Comentarios