En la antigua plaza de Mercado de Armenia, había un restaurante que era la sensación: El Caracol. Todo el mundo sabía que si querías comer bien, ese era el lugar. Pero con el terremoto del Eje Cafetero en 1999, el restaurante y la plaza se fueron abajo. Sin embargo, como buen quindiano, el espíritu del Caracol no se dio por vencido. Con la reubicación de la Plaza Minorista al antiguo lote del Batallón Cisneros, en el sector del Bosque, los dueños del restaurante decidieron volver al ruedo, y ahí nació el Nuevo Restaurante Caracol.
Aquí, la tradición quindiana sigue viva, con una carta que enamora a cualquiera que la pruebe, ¡y lo mejor! Con precios que entienden el bolsillo de la región. En los puestos de Albita, Sandra, Leydi, Alicia y Stellita, por solo $10.000 puedes disfrutar de un desayuno que te deja listo para el día, o si prefieres, un almuerzo desde $13.000 que te hará sentir como en casa.
La gente se pelea por probar los platos típicos de la región: un caldo de pajarilla bien calientico, un sancocho que te reconforta el alma, mondongo, caldo de pescado y el infaltable caldo de verduras. Y si lo que te gusta es la variedad, también hay frijoles, lentejas, espaguetis, y un montón de opciones de carne, pollo y pescado, todo servido con generosidad. Aquí no te quedas con hambre.
Este lugar se ha convertido en un verdadero paraíso para los amantes de la comida criolla, en pleno corazón de Armenia, con ese sabor casero que solo el Quindío sabe ofrecer, y a precios que hacen sonreír hasta al más apretado. ¡Ven y prueba lo mejor del Caracol!
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